El leggings tiene una historia sensacional que merece la pena contar muchas veces. Lo mejor de esta historia es que parte de una necesidad particular de una mujer.

La prenda que vemos hoy constantemente en todas partes, sobre todo a las influencers y famosas, tiene un pasado bastante interesante y aquí vamos a contarte todos los detalles.

Todo inicia con el material del que están hechos los leggings, el elastano, que fue desarrollado por el químico Joseph Shivers en 1958. Shivers registró posteriormente esta fibra como LYCRA y fue una revolución total para la industria textil.

¿Qué es el elastano?

Es una fibra de origen sintético bastante elástica y resistente que puede ser estirado hasta 500 veces y volver a su forma original, además se seca rápidamente y absorbe el sudor.

Antes de la invención del elastano ya se hacían pantalones ajustados para mujeres, pero nada parecido a lo que surgió después. Eran prendas más cómodas, pensadas para lucir la figura y al mismo tiempo experimentar libertad.

Lo interesante viene después cuando Sara Blakely entra a hacer parte de esta historia. Sara nació el 27 de febrero de 1971 en Florida hija de una artista y un abogado. Su padre, siempre los animó a ella y a su hermano a enfrentar el fracaso. "Mientras crecíamos, mi padre solía animarnos a mi hermano y a mí a fallar. No me di cuenta en el momento, pero él estaba redefiniendo el fracaso para mí. El fracaso se convirtió en no intentar, no en el resultado", contó.

Después de intentar seguir los pasos de su padre sin éxito, Sara estudió comunicación en la Universidad Estatal de Florida. Su carrera inició en una empresa de nombre Danka en la que Sara vendía máquinas de Fax puerta a puerta. El éxito de Sara en las ventas fue tal que se convirtió en instructora de ventas a nivel nacional a los 25 años.

¿Cómo surgió la idea?

Sara había estado buscando darle un giro a su carrera y a su vida profesional, quería inventar algo que pudiera vender a millones de personas porque su fuerte era lo comercial. Blakely trabajaba en florida que tiene un clima cálido y debido a su rol de representante de ventas, tenía que usar medias veladas por debajo de los pantalones. De esa prenda le gustaba mucho como disimulaba la ropa interior, pero le molestaba ver las costuras en los dedos cuando usaba sandalias o zapatos descubiertos, es por eso que un día decide cortar las medias a la altura del tobillo. El producto final cumplía su objetivo que era no tener las costuras, pero constantemente se encogía, es por esto que decide viajar a Carolina del Norte que es donde están la mayoría de fábricas de medias veladas.

En ese momento revive su rol como vendedora puerta a puerta, recibió negativas de todas partes, pero luego de unos días recibió la llamada de un hombre que había comentado la idea con sus tres hijas y estas lo alentaron a apostar por ella. Era una industria de productos femeninos desarrollados por hombres, en el que Sara Blakely encontró una necesidad y tuvo una gran idea para suplirla.

Finalmente, y tras un año de trabajo se logró el primer prototipo y más tarde logró registrar su patente y comprar el dominio de SPANX en su sitio web. En 1998 empezó a vender su producto en tiendas y logró la suma de 4 millones de dólares en ventas en el primer año. La marca era 100% operada por su fundadora quien hacía cada uno de los procesos.

El efecto Oprah

En 2000 La periodista norteamericana Oprah incluyó en sus artículos favoritos a Spanx, ocasionando un desborde de ventas que llevó a la cima el negocio de leggings de Sara.

Y de ahí a lo que vemos hoy la historia se cuenta sola, los leggings son la prenda favorita de todas las mujeres que desató una revolución textil.

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